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Hacer ejercicio baja el nivel de ansiedad

El ejercicio físico puede ser de gran ayuda para quienes están en casa con situaciones de ansiedad.

Además, en días en los que, tal vez, se perdió el orden que imponen las actividades diarias, hoy en suspenso, una rutina física es el primer paso para recuperar el orden perdido y mejorar el estilo de vida. Y también, es una forma de elevar nuestras defensas y prevenir enfermedades crónicas a largo plazo.

Los beneficios de estos ejercicios pueden compararse a los de la meditación o la relajación, pero con el ‘plus’ de que le ayudan a controlar su peso y fortalecerán su sistema inmunológico.

Los expertos aseguran que los ejercicios aeróbicos, de resistencia cardiovascular, y los de fuerza reducen los síntomas de ansiedad de forma importante. Y sus beneficios pueden compararse a los de la meditación o la relajación.

En concreto, el ejercicio físico mantiene la mente ocupada, alejando así las preocupaciones del día a día. Además, actúa sobre el cortisol, la serotonina y el sistema de mediadores químicos que reducen la ansiedad y el estrés. Y activa las regiones frontales del cerebro, responsables de las funciones ejecutivas.

Las endorfinas que se liberan durante el ejercicio físico generan sensación de bienestar. De esta forma se logra salir del círculo vicioso que producen la actitud y los pensamientos negativos, y esa sensación de cansancio que genera el sedentarismo.

¿Cuál es la mejor rutina en estos tiempos de confinamiento?

Hay que tener claro que no existe una ideal y que ninguna es mejor que otra. Lo importante es adoptar aquella que a cada uno le guste más, porque lo importante es moverse y que nos agrade ayudará a mantenerla en el tiempo.

En el caso de quienes no tienen el hábito del entrenamiento, se aconseja ir de menos a más, regulando el tiempo y la intensidad, gradualmente. En todos los casos, realizar actividades diarias, de veinte a treinta minutos, manteniendo una alimentación sana y ordenada y cuidando el ciclo del sueño al máximo, sin desórdenes ni quitándole horas.

En el caso de los adultos mayores, parte del grupo de riesgo, es fundamental la actividad física para estimular el sistema inmunológico. En su caso, los ejercicios son de movilidad articular y de fuerza. Repetir los ejercicios las veces que se pueda, sin cansarse, dos o tres veces por día.

Y para aquellos que tienen el hábito de la actividad física, pueden comenzar progresivamente con ejercicios de movilidad, fuerza y estiramientos.

El ‘crossfit’ puede ser un buen aliado en este propósito, así se esté confinado en un apartamento. Obviamente no será de la misma manera que en el gimnasio, pero esta corriente del ‘fitness’ tiene ejercicios muy simples que nos pueden ayudar tanto en la parte de ‘cardio’ como en la de fuerza.
Para el ‘cardio’ también es ideal el trote en una misma posición o saltar con una cuerda.

Fuente: el tiempo